Canal Imperial de Aragón

La historia de la zona regada por el Canal Imperial es tan antigua, tan rica y tan llena de vicisitudes que resulta difícil de resumir en unas pocas líneas.

Es una obra que se anticipa a su tiempo, pero sobre todo y en cualquier caso es un "canto" a la perseverancia y al esfuerzo colectivo.

Sus primeras "organizaciones" de regantes, conocidas con el nombre de Hermandades o Términos, se suponen anteriores a la Reconquista. La falta de conservación de documentos anteriores a este periodo imposibilita su datación.

La historia concesional datada del Canal Imperial, se remonta al año 1.125 en el que Alfonso I el Batallador concede en el término de Alagón, situado en la intercuenca Jalon-Ebro, dos yugadas de tierra "in regativo". Otros documentos de la época fechados en 1.138 y 1140 nos hablan de la existencia de las acequias "Furon Mayor" y "Riego Sageta", sin especificar la procedencia de las aguas.

El documento más antiguo que hace referencia a acequias que conducen agua a Zaragoza es de 1.184, y en él, el Rey Alfonso II otorga a la Orden del Temple la conservación de la Acequia de Celtén (hoy denominada Centen). Ya en el siglo XIV, en 1.339, Pedro IV el Ceremonioso otorga a Zaragoza el privilegio de poder sacar acequias del Ebro y del Jalón.

Serán los Jurados de Zaragoza quienes, en los siglos XV y XVI, tomen la "antorcha" del canal y pongan el germen de lo que será el Canal Imperial al solicitar, en el año 1.510 en las Cortes celebradas en Monzón, la autorización del Rey Católico para derivar una acequia de riego y navegación del Ebro. Este proyecto no tomará cuerpo hasta el año 1.528 durante el reinado del Emperador Carlos I de España. El Consejo Zaragozano, instado por el Emperador Carlos, encarga a Juan Montañes, Juan de Sariñena y Gil de Morlanes el estudio de la presa de derivación de la acequia. El proyecto finalmente seleccionado fue el de Gil de Morlanes, que fijaba el emplazamiento de la presa cerca de la Villa de Fontellas, en el Reino de Navarra ("El Bocal"). En 1.529 se inician las obras que quedarán paralizadas en Garrapinillos sin alcanzar Zaragoza.

Los problemas de conservación y gestión de la acequia, así como nuevos intentos de prolongación se sucederán durante los dos siglos siguientes, baste como ejemplo la carta remitida, en junio de 1.551 por el Emperador Felipe II, en la que reclama de Zaragoza un préstamo de 19.500 Ducados ".... para prosecución de la obra de nuestra Cequia Imperial", ".... ayuda que otras veces tan cumplidamente y con tanta satisfacción nuestra nos habeis dado"; hasta que en 1.722 una avenida del Ebro rompió la presa y se dejó de regar.

En 1.745 y 1766, durante los reinados de Felipe V y Carlos III, se redactan nuevos e infructuosos proyectos para recomponer y ampliar la presa; hasta que 1.772 el Consejo de Castilla designa a D. Ramón Pignatelli y Moncayo como Protector del Canal Imperial y a D. Pedro Herranat como Director de las Obras.

D. Ramón de Pignatelli fallecerá habiendo llevado el canal hasta pasada Zaragoza, pero sin alcanzar su gran sueño de prolongarlo hasta el mar. Mandada construir por él, hoy es posible visitar en Zaragoza y beber de sus aguas una fuente: la Fuente de los Incrédulos, cuya inscripción en latín dice:

"D.O.M. INCREDULORUM CONVICTIONI ET VIATORUM COMMODO" (Para convencimiento de incrédulos y alivio de caminantes).

El siglo XIX, y tras los destrozos provocados por los franceses en 1.813 durante su retirada, es el siglo de la reestructuración y reorganización del canal. Se crea en 1.873 y con sede en Zaragoza la Junta del Canal Imperial, a la que como organismo autónomo se la confia la administración y ejecución de las obras precisas para su conservación y conclusión. A partir de aquí el Canal Imperial recibirá el impulso definitivo.

En 1.985 la Confederación Hidrográfica del Ebro se hace cargo del Canal Imperial y un año más tarde los usuarios constituyen la Comunidad General de Usuarios del Canal Imperial de Aragón.

El Canal imperial de Aragón discurre paralelo al Ebro, por su margen derecha, a lo largo de unos 108 km, con dos escalonamientos habilitados con esclusas para el paso de la navegación. Su capacidad en origen es de 30 m3/s.

La superficie regada por el Canal es de 26.500 ha, de las cuales 2.900 están situadas en Navarra y las restantes en Aragón (Zaragoza).

Los regadíos del Canal Imperial

La superficie regada por el Canal Imperial de Aragón es de 26.500 ha, de las que aproximadamente 23.600 ha están ubicadas en Aragón (Zaragoza) y 2.900 ha en Navarra.

Las aguas del Canal Imperial discurren, a lo largo de sus 108 km, paralelas a las del río Ebro, a una distancia de éste que oscila entre los 5 y 9 km. Las acequias de riego se distribuyen a lo largo de una estrecha banda formada por el canal o su entorno próximo y el río Ebro. El número de tomas del Canal asignadas a Sindicatos o Comunidades de Regantes ronda las 300.

En cuanto a la dedicación productiva de su regadío, está fundamentalmente orientada a los cultivos herbáceos extensivos (alfalfa, maíz, cereales, etc.), si bien, y de manera mas o menos local, cuenta con superficies dedicadas a la fruticultura y horticultura (alcachofa, coliflor, cebolla, etc.).

CARACTERÍSTICAS

 

UsosDemanda Media Anual (hm3)Zona Regable (ha)Sección TipoCaudal Origen (m3/s)Longitud (Km)
Abastecimiento Industria Regadío Hidroelectrico41726.500 30108>

Observaciones:

El Canal Imperial de Aragón, es en su mayor parte un canal de tierra. Desde hace algunos años, se está procediendo a su revestimiento por tramos.

Actuaciones Previstas en el Canal Imperial

El Plan Hidrológico del Ebro prevé el revestimiento y modernización de varios tramos del canal, así como la ejecución de otras obras accesorias de acondicionamiento de caminos, escorrederos, etc.

Mapa de la zona

Algunos enlaces: