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La Confederación Hidrográfica del Ebro realiza una nueva actuación de documentación y restauración
23 octubre 2023

La intervención, en esta ocasión, se ha realizado en la Iglesia de San Juan Bautista de Ruesta.

La Confederación Hidrográfica del Ebro realiza una nueva actuación de documentación y restauración

La Confederación Hidrográfica del Ebro está acometiendo durante los últimos años actuaciones de documentación y restauración en las diferentes ermitas que escalonan el Camino de Santiago Francés en el entorno del embalse de Yesa, entre las que se encuentra la Iglesia de San Juan Bautista de Ruesta. La intervención se ha desarrollado con proyecto diseñado y ejecutado por Sebastián Arquitectos, que ha recibido diferentes galardones nacionales e internacionales, como el Premio Hispania Nostra, el Trofeo Ricardo Magdalena, o la XVI Bienal de Arquitectura Española.           


Dentro de estas actuaciones, se ha procedido a la documentación y reconstrucción digital de las pinturas murales de la ermita de San Juan de Ruesta, conservadas actualmente en el Museo Diocesano de Jaca. El proyecto ha sido posible gracias a la colaboración de la Confederación Hidrográfica del Ebro con Sergio Sebastián Arquitectos, el citado museo, la Fundación Factum y el Máster Universitario en Gestión del Patrimonio Cultural de la Universidad de Zaragoza.

La Fundación Factum es un referente a nivel internacional en el desarrollo y aplicación de tecnología digital para la conservación del patrimonio cultural. Bajo su dirección, el alumnado del Máster en Gestión del Patrimonio Cultural ha llevado a cabo un ejercicio práctico de aprendizaje en el que se ha familiarizado con las últimas técnicas de documentación digital. Estas suponen actualmente una parte esencial en todo proceso de preservación y difusión del patrimonio cultural.

El trabajo ha permitido obtener la digitalización en 3D y color de las pinturas de Museo Diocesano, así como mostrar el estado actual de las mismas en alta resolución y plantear una propuesta de reintegración digital tanto en la parte superior e inferior del ábside, como en la cabeza de la Maiestas Domini conservada de forma independiente.

Este proyecto ha reunido a entidades públicas y privadas y a profesionales de diversos ámbitos para la puesta en marcha de una iniciativa pionera que pone en valor del patrimonio cultural del Alto Aragón: la documentación y reconstrucción digital de las pinturas murales de la iglesia de San Juan de Ruesta mediante el uso de la tecnología más avanzada.                                         

La iglesia de San Juan Bautista constituye uno de los hitos espirituales que pueblan la Canal de Berdún, camino natural de la vía compostelana que entra por el paso del Somport. Este pequeño templo, junto con los dedicados a Santiago y a Santa María, conformaban los principales establecimientos religiosos de la localidad de Ruesta durante los siglos medievales.
 
La historia de este pequeño templo nos traslada a las primeras décadas del siglo X con las primeras documentaciones de la edificación.

De hecho, en el año 930 pudo celebrarse su consagración aprovechando la reunión, que tuvo lugar en este santuario, de los principales magnates religiosos y civiles del reino de Pamplona. Se trataría de una edificación previa a la actual. Ésta se levantó en las primeras décadas del siglo XI coincidiendo con las campañas de renovación religiosa y edilicia emprendidas por Sancho Garcés III de Pamplona (ca. 990-1035). El monarca constituyó un cenobio en el santuario, gracias al cual obtuvo notables rentas y aumentó su influencia en la vida religiosa de la zona. Este momento de esplendor debió apagarse a partir del siglo XIII, cuando las noticias documentales y los testimonios materiales comienzan a desaparecer. 

La ermita de San Juan de Ruesta dejó de existir en 2001, quedando reducida a unos lienzos de muro y al ábside primitivo. La intervención, llevada a cabo por Sebastián Arquitectos, tuvo como objetivo recuperar el volumen desaparecido de la nave y asentar el ábside, recreando la imagen poderosa y compacta del volumen frente a la sierra de Leyre. Esta reintegración se fundamenta en los principios de la restauración crítica, según la cual el nuevo volumen, que ocupa aproximadamente el 60 % de la nave principal, posa sobre el anterior dotando de un lenguaje reconocible a la nueva intervención. Para ello se recurre a un lenguaje abstracto y sencillo de un conjunto de líneas horizontales que, basados en las cubiertas de laja tradicionales de la zona, continúan unitariamente la trama desde la cubierta hasta los muros. Así la nave se cubre con losas solapadas de piedra hasta el alero evocando su posición original y los muros se cierran con un sistema de sillares de piedra tallada que se abre al interior mediante una celosía de mechinales recreando la atmósfera de penumbra original de la ermita. La intervención se complementa con una obra de land art que crea un memorial en forma de retícula en la campa que rodea la iglesia, empleando las piedras abandonadas procedentes del derribo de 2001 y que habían permanecido junto a ella con el paso del tiempo.

El ábside de esta iglesia estaba originalmente decorado con conjunto pictórico mural, considerado por los especialistas como un ejemplo prototípico del Románico avanzado. Por sus características estilísticas e iconográficas, podría datarse a mediados del siglo XII. Desde el punto de vista estilístico, la historiografía lo vincula a los talleres de origen francés que debieron participar en otros conjuntos que comenzaban a poblar los valles pirenaicos. La región del Poitou ha sido señalada como el foco de irradiación de estos modelos, no obstante, conviene reconocer la importancia de la tradición hispana previa, es decir, la posible intervención de talleres autóctonos. 

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